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Doraemon, el embajador japonés del anime

La caricatura de un gato robot, creada a finales de los sesenta, es el embajador japonés del anime (dibujos animados japoneses). Su humor y la fantasía de sus historias, han hecho soñar a generaciones.

Conocido como “El Gato Cósmico” en los países de habla hispana, Doraemon es un personaje que traspasó las barreras geográficas de la isla de Japón para inundar el mundo con su mensaje de amistad e imaginación.

Doraemon es obra de Fujiko F. Fujio, una dupla formada por los artistas Hiroshi Fujimoto y Motoo Abiko (aunque su creación intelectual se le atribuye a Hiroshi Fujimoto). Las brillantes mentes de la dupla dieron a luz la caricatura de un robot con forma de gato, que venía del siglo XXII para ayudar a un pequeño niño del siglo XX llamado “Nobita Nobi”.

Doraemon

Foto: Gabriel Galleguillos

Doraemon es conocido como "El Gato Cósmico" en los países de habla hispana

Nobita no es ni más ni menos que el abuelo del dueño de Doraemon en el siglo XXII. Puede parecer enredado, pero es básicamente como la súper producción “Terminator II” realizada en los noventa por James Cameron. Guardando las proporciones de cada guión, y las dosis de violencia, en ambas ideas se propone un robot del futuro que regresa para ayudar y proteger a un niño; por supuesto cada uno a su modo. El personaje encarnado por Schwarzenegger lo hace mediante las armas, mientras que Doraemon usa un bolsillo mágico ubicado en su vientre para darle a Nobita un mundo infinito de objetos que tratarán de solucionar sus problemas.

El nombre de Doraemon proviene de su afición a comer dorayaki. Los dorayaki son una especie de pasteles redondos rellenos con “anko”: una pasta dulce de porotos de soya. El término “dora” en japonés significa “gong”; ¡sí!, aquellos platos cóncavos de metal que vibran imponentemente al ser golpeados. Cuenta una antigua historia que los dorayaki nacen cuando un samurai olvidó su gong en la casa de un granjero. El granjero tomó el gong y lo usó como recipiente para cocinar una mezcla que se transformaría en una especie de deliciosos pasteles. Como comentaba anteriormente “dora” hace referencia a un gong, mientras que “yaki” habla de algo asado, horneado o cocinado en general.

El canal de televisión japonesa “TV Asahi” posee los derechos de transmisión de la serie Doraemon. Tal es el éxito de la serie animada en Japón que, desde su creación, ha tenido una transmisión ininterrumpida independiente del cambio de generación en sus telespectadores. Si uno se acerca a las instalaciones del canal “TV Asahi” puede percatarse del culto que se le rinde a este simpático personaje.

Al entrar por una de las puertas principales de la estación televisiva, nos encontramos con un Doraemon de dos metros de altura cuya inmensa cabeza lo hace destacar entre todo el público visitante. Por supuesto que tomarse una foto junto a él es algo que grandes y chicos, extranjeros y japoneses, no quieren dejar pasar. Y no sólo dentro del canal se le rinde pleitesía al Gato Cósmico; las calles de Japón están inundadas por su imagen en restaurantes de comida rápida, dulces, ropa y todo lo que se pueda vender.

Es así como Doraemon fue nombrado embajador del anime en el año 2008 con el simple objetivo de ser una ventana cultural de Japón hacia el mundo; la idea es mostrar mediante sus aventuras todo lo referente a las costumbres sociales japonesas. Y porque su popularidad lo merece, hoy se construye en la ciudad de Kawasaki un gran museo interactivo en su honor, el cual espera su inauguración para los próximos meses.

Todos conocemos a Doraemon como un gato robot de color azul y sin orejas, pero originalmente este personaje era de color amarillo y tenía orejas puntiagudas como cualquier otro gato. La aventura de su origen está rescatada en un capítulo especial llamado “El Nacimiento de Doraemon”, el cual narra un accidente en la línea de producción de los gatos robot del siglo XXII, que lleva a nuestro amigo a una serie de infortunios que le hacen perder sus orejas. Si esto no fuera suficiente, al tomar un tónico para reponerse del mal momento se equivoca y toma “Deprimín”, una fórmula que lo hace entrar en depresión y llorar sin parar durante tres días consecutivos; fueron justamente los litros y litros de lágrimas que derramó los que destiñeron su cuerpo, dejando al descubierto su color azul y la nueva personalidad de este histórico personaje de la animación japonesa.

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