Más de 40 años liderando el ranking de los países más felices del mundo. Dinamarca ha suscitado la atención de investigadores alrededor del planeta con la finalidad de conocer el origen y continuidad de su inagotable felicidad. En la capital danesa existe, incluso, el Instituto de Investigación de la Felicidad. 

Y la clave para esta continuidad está en la crianza (bueno, pienso que la clave de la humanidad se sostiene en la crianza). Volviendo a la felicidad danesa, la ecuación es simple: Niños felices se convierten en padres felices que luego replican el modelo haciendo posible esta continuidad.

En la búsqueda de artículos y libros sobre porqué los habitantes daneses son más felices que en otras partes del mundo, se repite continuamente una palabra: hygee (en español se pronuncia “hu-ga”), que vendría a ser la forma danesa de vivir bien, de vivir felices. Por lo tanto, un pilar en su modelo de crianza.

Su definición textual al español es “comodidad”, sin embargo; el concepto es bastante más amplio y se refiere a la búsqueda de momentos placenteros para el alma, a darnos espacios con nuestros seres queridos, familia y amigos. Y no me refiero a nada sofisticado: puede ser acurrucarse en un sillón con un chocolate caliente; mirar el fuego de una chimenea con un buen vino; cantar a todo pulmón en el auto. ¿Qué disfrutas profundamente?

De eso se trata el secreto de la felicidad danés. Incorporar momentos hygee a la rutina diaria. Parece super simple, pero llevarlo a la práctica requiere de un esfuerzo inicial, como todo cambio de rutina. La buena noticia es que una vez lo incorporamos se vuelve una práctica natural para todos, tal como lo explica Iben Sandahl, una de las autores del bestseller sobre este apasionante estilo de vida danés (The Danish Way of Parenting: A Guide to Raising The Happiest Kids in the World, o en español “El método de crianza danés: una guía para criar a los niños más felices del mundo”).

En otras palabras, tenemos que buscar al menos un momento de día en que les damos a nuestros niños toda nuestra atención. ¡toda! Sandahl comparte algunos tips para iniciarnos en la crianza hygee que he traducido a continuación:

1.- No digas “Ahora sí que vamos a hacer hygge”: habrá demasiadas expectativas que pueden bloquear el momento. Hygge es un concepto intangible, algo que ocurre en el momento y por lo tanto difícil de escenificar.

2.- Deja el drama personal “en la puerta”: Existen otros momentos para enfocarse en cualquier problema que puedas estar teniendo. Hygge se trata de crear un lugar seguro para relajarse con su familia.

3.- NO uses iPhones o el iPad. Apagarlos o guardarlos. Al dar a los niños toda su atención, el momento posterior resulta mucho más fácil, ya que por lo general están listos para hacer algo sin que interactúes con ellos.

4.- Hazlo una rutina diaria/semanal. Hace que los niños se sientan seguros y sabrán que está asociado con algo agradable y cómodo.

5.- Hacer un esfuerzo para crear un ambiente agradable y acogedor. Tal vez encender algunas velas, jugar a un juego u hornear un pastel. Parte del fenómeno hygge comienza con los preparativos que hacen juntos.

Pueden encontrar otros recursos y más detalles del libro aquí, mismo sitio desde donde traduje los tips.