La moda sostenible ha ganado cada vez más popularidad en los últimos años, pero generalmente se subentiende que este concepto implica comprar prendas de segunda mano. Sin embargo, tener un ropero amigable con el medio ambiente es mucho más que eso.

Cada día somos más conscientes de que la industria de la moda se caracteriza por la producción masiva de ropa a bajo costo, a menudo a expensas del medio ambiente y la ética laboral. Por ello evitar la compra de prendas de una temporada a otra parece una buena solución, aunque hay más prácticas para contrarrestar esto y que no implican gastar una fortuna. Aquí te presentamos algunos consejos sencillos  para lograr un clóset sostenible sin abrir demasiado la billetera.

Comprar con intención: El primer paso es controlar los impulsos de compra y adquirir solo lo que realmente necesitas. ¿Sabías que los estudios indican que solo usamos regularmente el 20% de la ropa que poseemos? Para combatir este hábito, antes de adquirir una nueva prenda, pregúntate si realmente la necesitas y si puedes combinarla con otras piezas que ya tienes. Este enfoque no solo ayuda a tu bolsillo, sino que también reduce el desperdicio.

Dona y recicla tu ropa: Haz una selección cuidadosa de tu armario y dona la ropa que ya no usas. Actualmente en Chile, hay muchas organizaciones benéficas y tiendas de segunda mano que aceptan donaciones de ropa en buen estado. De esta manera, no solo liberas espacio en tu armario, sino que también das una segunda vida a esas prendas y ayudas a quienes las necesitan.

Invierte en prendas atemporales: Elige un par de prendas de calidad que sean atemporales y sostenibles. Estas piezas, conocidas como fondo de armario, son aquellas que no pasan de moda y pueden combinarse fácilmente con otras prendas. Al invertir en ropa hecha con tejidos orgánicos y duraderos, no solo estás comprando menos a largo plazo, sino que también estás apoyando prácticas de moda más éticas y responsables.

Cuida tu ropa para que dure más: Evita lavar la ropa innecesariamente. Un buen truco es airear las prendas después de usarlas o lavar solo las áreas que estén manchadas. Además, considera sustituir el suavizante por vinagre de limpieza o aceites esenciales, ya que estos no dañan las fibras de la ropa y prolongan su vida útil. Usar detergentes biodegradables también es una excelente opción para cuidar el medio ambiente.

Repara en lugar de reemplazar: Antes de deshacerte de una prenda que tenga un descosido o a la que le falte un botón, intenta repararla. Aprender algunas técnicas básicas de costura puede ser muy útil y económico. Asimismo, si tienes jerseys o piezas de lana que parecen desgastadas, usa un quitapelusas eléctrico para dejarlas como nuevas.

Protege tu ropa del deterioro: Para evitar la humedad y las polillas en tu armario, airea el espacio cada semana y guarda las piezas que usas menos en bolsas de plástico colgadas en las perchas. Esto ayudará a mantener tu ropa en buen estado durante más tiempo.