Basados en la idea de que lo que para ellos resulta ser la mejor forma de encender un encuentro íntimo funciona también para las mujeres, existen cuatro “recursos” que los hombres utilizan como una manera de exitarnos, que justamente causan el efecto contrario, según publica la evista Men`s Health.

De acuerdo a  la sexóloga y autora del libro “The Men on My Couch”, Brandy Engler, el problema se genera porque en diversos casos los caballeros actúan bajo la premisa de que la excitación funciona de igual forma en ambos sexos. De ahí que existan cuatro errores clásicos:

El Exhibicionismo: muchos “señores” piensan que con sólo exhibirse frente a su pareja ellas correrán a la cama. Sin embargo, el arte amatorio no funciona de forma tan automática, especialmente para el sexo femenino. De ahí que Brandy Engler recomienda, seducir a las mujeres antes de llegar al momento culmine, por ejemplo siendo más atentos o diciéndole lo bien que luce en ese momento.

Enviar mensajes demasiado directos: Usar mensajes sexuales o enviarle fotos íntimas no ayudarán en nada a que tu pareja te espere en neglillé. Al contrario, pueden romper la pasión y hacer que ella finalmente decida desistir del encuentro. Por lo mismo, la sexóloga estadounidense asegura que si lo que se quiere es “una noche mágica”, lo mejor es escribir algo “insinuante”, pero no explícito”.

Tratar de ser un acróbata en la cama: está bien que la imaginación sea clave a la hora del sexo, que haya que ser creativos y que “en la novedad está el gusto”, pero no son pocos los caballeros que por experimentar posiciones nuevas terminan asustando a sus parejas o haciéndolas pasar por incomodidades que irritan (no sólo el carácter, en algunas también la piel) a cualquiera. Entonces, evite las acrobacias, dice Engler, a cambio busque las formas de que ella tenga más placer, incluso pidiéndole que lo guíe.

Dejar toda la responsabilidad a ella: Con el pretexto de que quieren que ellas disfruten muchos hombres le dicen a sus mujeres cosas como “hazme lo que quieras, tú mandas”. Precisamente esa frase produce en muchas mujeres ansiedad, porque les recae toda la responsabilidad del placer y no sólo del propio sino también del otro. Así que está bien darles espacios para que ella se expresen, dice la autora de “Men in my Couch” pero no es bueno dejarle toda la responsabilidad y apostar bastante por el juego previo.