Si bien a primera vista la palabra infidelidad trae  a una persona connotaciones negativas, un estudio realizado en el Reino Unido demostró que ser engañada puede también tener consecuencias buenas en el plano psicológico.

Pero vamos por parte. Si uno se entera que la pareja la engaña, lo primero que se siente es rabia, tristeza y desilusión. Eso junto con los cuestionamientos de por qué pasó y lo frustrante que es acabar una relación, muchas veces de años.

Sin embargo, un estudio realizado por el Oxford Handbook of Women and Competition, reveló que si fuiste engañada, serás mucho más feliz e inteligente que la mujer que intervino en tu relación.

Ocurre que la decepción genera lo que los expertos denominan “Inteligencia amorosa”, según explica Craig Morris, antropólogo biocultural y director del mencionado estudio. Este tipo de inteligencia provoca que en el futuro uno evite a toda costa vivir una situación similar.

De esta manera, agrega el experto, pasada la tormenta, iniciamos un proceso llamado de evolución “adaptativa”, el que nos ayudará a elegir una mejor pareja en el futuro, pues seremos capaces de detectar las señales de riesgo en ésta, así como la calidad de persona que es. En el aspecto social también nos volvemos más perspicaces, ya que podemos aplicar el mismo radar para las falsas amistades.

Añadiendo a ello, una encuesta sobre relaciones e infidelidad, realizada a más de cinco mil personas por la Universidad Estatal de Binghamton, en Estados Unidos, y la Universidad de Londres, reveló que aquellas que han sido engañadas, demostraron mayor felicidad que quienes engañaron.

Además, ese estudio afirma que las “engañadas” suelen quedar en mejores condiciones emocionales que los hombres, ya que tienen la capacidad de hablar de esta experiencia como algo pasado, en cambio los hombres parecen “más marcados” y tienen más presente los malos momentos que ocurrieron.