Cuando noviembre casi se despedía del calendario, la Capitán de Bandada Francisca Muñoz llegó a la que será su casa, su oficina y todo durante los próximos cuatro meses: la base antártica Gabriel González Videla, ubicada a 2.300 kilómetros del polo sur. Y no solo eso, ella será la encargada de toda la instalación y del equipo de 14 personas que permanecerá ahí.

De esa manera, el último sábado de noviembre, Francisca se convirtió en la primera mujer en estar a cargo de una base chilena en el continente blanco. Sin embargo, la historia comenzó mucho antes, tal vez para ser más precisos cuando su madre era pequeña.

Y es que, tal como la comandante de bandada lo recordó, creció escuchando las historias que le relataba su progenitora sobre los años que pasó en Puerto Williams. “Mi abuelo por parte de madre era marino y vivió mucho tiempo en Puerto Williams. Ella me mostraba fotos, me contaba historias, y ahí nació toda mi necesidad de viajar a la Antártica”.

Fue así que cuando la entidad a la que pertenece abrió las postulaciones para ocupar un cargo en la temporada 2023—2024, Francisca postuló y quedó. En agosto se enteró de que viajaría a la Antártica a cargo de nueve hombres de la Fuerza Aérea de Chile y cinco de la Armada, ya que en la misma base funciona la Capitanía de Puerto de Bahía Paraíso.

La llegada al continente blanco no fue fácil para Francisca y su equipo, ya que al desembarcar del buque Aquiles que los llevó hasta allá, debieron comenzar por “desenterrar” de la nieve la base. Había mucha nieve, todas las entradas estaban tapadas, así que con mi gente fuimos a buscar pala y picota para vacar, para poder entrar a la base a dar luz y echar a andar el generador”, contó la Capitán de 33 años a las Últimas Noticias.

Ocurre que la base Gabriel González Videla funciona solamente en los meses de verano, cuando el clima es más benévolo en la zona y el sol nunca se oculta completamente. El resto del año, entre abril y noviembre, las instalaciones permanecen cerradas, sin ocupantes.

Por esta misma razón, Muñoz comenta que por estos días está preocupada, junto con su equipo, de poner en óptimo funcionamiento la base, mientras a diario se contacta con su familia después de las 17:00 horas, cuando termina su jornada laboral.