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Un grupo de científicos intenta develar uno de los misterios más interesantes de las Islas Galápagos, el de las consideradas “aves vampiro” que beben sangre de otros pájaros en tiempos de sequía.

Con tan solo diez centímetros de altura, el pizón vampiro, ave investigada, es según los científicos “el primer caso de hematofagia en aves. No existe ningún caso que haya sido documentado en ninguna otra especie de aves que infrinjan heridas a otras aves con el objetivo de obtener sangre, y se alimenten de sangre por largos períodos”, como explicó a AP Jaime Chaves, profesor e investigador de la Universidad San Francisco, quien lleva adelante un estudio sobre estos animales.

El mecanismo que ocupan este tipo de aves, para beber sangre de otros pájaros, consiste en picotear cuidadosa y suavemente las plumas de otro ejemplar más grande hasta sacarle gotas de su sangre.

Cuando las islas pasan por un periodo húmedo, los científicos han logrado concluir que la dieta de estas aves se compone de insectos y semillas, dieta que cambia cuando estos alimentos desaparecen en etapas secas del año.

“Es en esa época cuando los pinzones adoptan la condición de vampiros, alimentándose de la sangre de los piqueros de Nazca”, explicó Jorge Carrión, director de gestión ambiental del Parque Nacional Galápagos, que colabora en el estudio.

Se trata de un misterio que hasta ahora no ha sido develado y que además es investigado desde distintas aristas, como por ejemplo la que apunta a determinar si los pinzones vampiro han desarrollado otras adaptaciones, como la presente en otras especies hematófagas, en concreto los insectos, quienes cuentan con sustancias anestésicas en su salvia.

Al mismo tiempo, se busca determinar si en este caso existe una evolución convergente: es decir, que distintas especies desarrollen características similares para aprovechar un mismo elemento, en este caso la sangre, según Chaves.