• Mónica de Simone, ex guía de Alma
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Más allá de ser una disciplina que a veces nos parece inalcanzable, la meditación o el estado meditativo es también una filosofía de vida que puede manifestarse a cada minuto de nuestro cotidiano.

Podemos Hacer Sagrado lo Cotidiano con simples conexiones.

Al despertar, desperezándonos como un gato, bebiendo agua en ayunas, y tomando conciencia de nuestra respiración para llenarnos de energía, agradeciendo el nuevo día.

“Gracias Gran Espíritu por este nuevo día”. Permite que este día se alinee con el más alto propósito de mi alma”

Al tomar una ducha, podemos intencionar que no solo limpiará nuestro cuerpo físico, sino también nuestros pensamientos y emociones. Podemos imaginar que junto con el agua nos llenamos de luz.

“Bendigo y agradezco esta agua, y le otorgo el poder para que purifique mi cuerpo, mis emociones y mis pensamientos”.

Al alimentarnos, ser conscientes de que la comida nos caerá bien o mal dependiendo de los pensamientos y sentimientos que tengamos durante el acto de comer. Si comemos enojados o preocupados, es como si nos estuviéramos envenenando.

Algo muy sencillo podemos hacer siempre que comamos, es bendecir los alimentos.

“Gracias PadreMadre por estos alimentos. Los bendigo para armonizar sus vibraciones”. Si sabes símbolos reiki, puedes aplicarlos. “Te pido PadreMadre por los necesitados y me comprometo con mi grano de arena a aliviar su dolor”.

Al acostarnos, podemos revisar el día, en cinco minutos recorrerlo, ver en qué aspectos hemos avanzado y en cuales debemos seguir trabajando. Extender la mirada y ver más allá de lo puramente evidente, leer entre líneas los mensajes que nos envía la vida son también formas de meditación. Esta instrospección diaria debería ser tan necesaria como lavarnos los dientes. Antes de dormir pedimos: “Permite Gran Espíritu tener un sueño descansado y reparador”.