Descubre el Marte de John Carter

Edgar Rice Burroughs construyó una serie de novelas sobre el Planeta Rojo, poblada de extrañas razas, temibles guerreros y feroces bestias. Y ahora inspira uno de los grandes estrenos cinematográficos del año.

Guía de: Literatura Fantástica

John Carter

Foto: Fall River Press

Por lo general, cuando se habla del escritor estadounidense Edgar Rice Burroughs (1875-1950), lo primero que viene a la mente es su personaje más conocido: Tarzán.

Popularizado a través de sus novelas, el cine, la televisión y los cómic, el pequeño huérfano criado por los monos —tras la muerte de sus padres en África, a fines del siglo XIX— es una de esas figuras que hoy todos conocen.

Sin embargo, esta no fue la única gran creación de Burroughs, quien a lo largo de su vida escribió varias otras series de aventuras, con importantes elementos de ficción. Una de ellas es la protagonizada por John Carter en Marte, que este año conmemora el centenario de su primera publicación y además coincide con la llegada a los cines de la cinta “John Carter”.

La trama gira en torno al capitán John Carter, un veterano que luchó en las filas de los Estados Confederados y que tras la Guerra Civil se dedica a la minería del oro. Pero él es diferente al resto de su familia, ya que nunca envejece y no tiene recuerdos de su infancia.

Un día, escapando del ataque de unos apaches, se refugia en una cueva y allí, misteriosamente (Burroughs no se detuvo en muchas explicaciones) es transportado a al Planeta Rojo. Así descubre que este planeta está poblado por diferentes razas en conflicto, y que Marte (al que sus habitantes llaman Barsoom) vive una catástrofe medioambiental, ya que a lo largo de los siglos ha visto secarse sus mares y por eso la vida depende del agua de sus canales. Pero también comprueba que la menor gravedad de Marte le otorga mayor fuerza y velocidad.

John Carter

Foto: Fall River Press

En este contexto, Carter traba amistad con un guerrero marciano de piel verde y cuatro brazos de nombre Tars Tarkas, que pertenece a la tribu nómade de los Tharks (llamados Marcianos Verdes). Y tras diferentes aventuras conoce a Dejah Thoris, princesa de Helium, una de las varias ciudades-Estado gobernadas por la raza humanoide de Barsoom (Marcianos Rojos), de quien se enamora.

Burroughs comenzó a escribir “Una princesa de Marte” —la primera novela sobre John Carter— en 1911, mientras intentaba hacer buenos negocios que le permitieran un mejor vivir junto a su esposa y sus dos hijos. Pero aparecer como el autor de una novela fantástica de ese tipo lo complicaba. Hasta que logró que la revista “All Story” la publicara por capítulos en 1912 (a cambio de un pago de US$ 400), con el título “Bajo las lunas de Marte” y el seudónimo de “Normal Bean”.

El éxito obtenido le permitió a Burroughs un contrato con A.C. McClurg & Company para tres novelas de Tarzán y luego, en 1917, publicar “Una princesa de Marte” como libro. El primero de una serie formada por “Los dioses de Marte” (1918), “El señor de la guerra de Marte” (1919), “Thuvia, la doncella de Marte” (1920), “El ajedrez viviente de Marte” (1922), “El cerebro supremo de Marte” (1928), “Un guerrero de Marte” (1931), “Espadas de Marte” (1936), “Los hombres sintéticos de Marte” (1940), “Llana de Gathol” (1948) y “John Carter de Marte” (1964). Y de esta forma su protagonista estuvo viajando durante décadas entre la Tierra y Marte.

Vale la pena mencionar que estas historias de Burroughs se habrían inspirado libremente en las teorías del astrónomo Percival Lowell, quien en 1895 publicó un libro en cual sostenía  —sin mayores antecedentes científicos— que Marte estaba poblado y que ante la imparable desertificación del planeta, alguna raza inteligente había trazado canales de kilómetros de largo para transportar agua desde los polos marcianos hasta las zonas más ecuatoriales.

Autores emblemáticos de la ciencia ficción como Robert A. Heinlein, Arthur C. Clarke y Ray Bradbury reconocieron la influencia de las historias de John Carter en su trabajo, así como John Norman y sus Crónicas de la Contratierra.

Y el astrónomo y astrofísico Carl Sagan durante veinte años tuvo pegado en una de las paredes de su oficina en la Universidad de Cornell un mapa de Barsoom, tal como Burroughs lo había imaginado.

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