Matemáticas que definen juicios, un caso increíble

El caso de Sally Clark remeció a la opinión pública tras ser condenada por la muerte súbita de dos de sus hijos. El caso consideró argumentos probabilísticos que fueron decisivos.

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En 1998 la ciudadana británica Sally Clark fue acusada y posteriormente condenada por matar a sus dos hijos; uno a las 11 semanas de edad, y el segundo a las 8 semanas. El diagnóstico oficial de la muerte de ambos infantes fue Síndrome de Muerte Súbita que por desgracia es impredecible y casi imposible de confirmar con técnicas forenses.  Esto ha hecho muy difícil el estudio de esta enfermedad, puesto que muchos infanticidios son falsamente diagnosticados de esta manera.

La parte acusatoria basó su argumentación en el testimonio del pediatra Sir Samuel Roy Meadow, quien fue nombrado caballero Británico por sus investigaciones en una variante del síndrome de Münchausen en que el paciente busca atención lastimando a sus hijos. El acuñó y difundió la frase “una muerte infantil por muerte súbita es una tragedia, dos es sospechosa y tres es homicidio, a menos que se pruebe lo contrario”. Sin embargo, en este juicio bastaron dos muertes para condenar a esta mujer.

Argumentos probabilísticos equivocados

Juicios matemáticas

Foto: Agencias

Sally Clark fue condenada por el uso erróneo de argumentos probabilísticos.

Lo terrible es que el argumento de Sir Meadow no se basó en los conocimientos que lo hacían experto, sino en argumentos probabilísticos en los que no se manejaba, lo que se conoce como falacia de autoridad. Él indicó que la probabilidad de que dos niños tuvieran el mismo síndrome era de 1 en 73 millones y para ello asumió que la probabilidad de que el segundo niño tuviera la enfermedad era independiente del hecho que el primero la tuviera o no.

Lo peor es que, aún si ese cálculo fuera correcto, lo bajo de esta probabilidad a priori, no es un argumento correcto para condenar.  Por ejemplo, la probabilidad a priori de que el peso de los niños fuera el que tuvieron al nacer podría ser igualmente bajo en probabilidad y no por eso no ocurrió. Lo que correspondía era comparar esta probabilidad con la de que la madre cometiera ambos crímenes. Este cálculo lo hizo en 2001 un profesor de Salford, Ray Hill, y concluyó que la probabilidad de dos muertes súbitas seguidas era entre 4.5 y 9 veces más probable que dos infanticidios seguidos.

Fue tan polémica esta condena que en respuesta la Royal Statistical Society sacó en 2001 un comunicado en que indicaba que dicha sociedad no iba a tolerar que los médicos cometieran errores serios en razonamientos estadísticos que los lleven diagnósticos clínicos que hacen la diferencia entre la vida y la muerte haciendo mención directa al caso de Sally. Finalmente, el médico fue eliminado del registro de Médicos Británico por su testimonio en ese caso que fue considerado como errado y engañoso y un ejemplo de mala conducta profesional.

Esto junto con otros antecedentes destruyó el caso contra Sally, que fue liberada en 2003, pero por desgracia la tragedia y la condena le causaron serios trastornos sicológicos y murió por sobredosis alcohólica en 2007.

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