• Humberto Almonacid, ex guía de Crecimiento Personal
• |
• Ver más de crecimiento-personal

Hola ¿Cómo has estado?, espero que muy bien. Te cuento que últimamente he estado recibiendo muchos correos electrónicos de personas que preguntan de qué forma podrían descubrir y darse cuenta que están avanzando en su camino hacia el crecimiento personal.

Como es mi costumbre voy a hacerlo a través de una historia que leí hace muchos años, que me ha acompañado desde ese momento y me ha ayudado a entender varias cosas que desconocía de la vida.

“Se cuenta que una vez un joven, aburrido de ir por la vida sin encontrarle sentido, le dijo a su padre, conocido por ser muy sabio, que quería iniciar el camino para crecer interiormente y convertirse en una mejor persona, preguntándole cómo podía lograrlo.

Luego de escucharlo en silencio, su padre respiro profundamente y respondió:

Lo primero que tienes que hacer es ser consciente de tus conductas, que cada vez que sientas que has ofendido o hecho daño a alguien, clava un clavo en la cerca de madera exterior de la casa.

Padre e hijo.

El hijo aceptó el desafío y empezó a tomar mayor consciencia de sus actos. Siguiendo el consejo de su padre, comenzó a clavar un clavo cada vez que sentía que hacía daño, maltrataba a las personas o no las respetaba.

Luego de un tiempo el hijo dejó poco a poco de poner clavos en la cerca, debido a que ya era consciente de su forma de actuar, se relacionaba mejor y evitaba entrar en conflictos, aprendiendo formas de plantear su punto de vista, respetando a los demás, sin llegar a pelear o discutir por ello.

Entonces preguntó a su padre: ¿y ahora qué hago?

El padre respondió:

Ahora, por cada acto de bien y servicio desinteresado que prestes a alguien, saca un clavo de los que clavaste en la cerca.

El hijo nuevamente aceptó el desafío y empezó, poco a poco, a sacar los clavos.

Después de un tiempo, ya estaba despierto, era consciente y además se dedicaba a ayudar a todas las personas que podía.

En unos pocos meses logró sacar todos los clavos de la cerca.

Cerca de Madera.

Muy contento se acercó donde su padre, y le dijo: ¡Padre, he terminado! ¡Logré sacar todos los clavos!

Quiero agradecerte, porque finalmente he aprendido a ser una mejor persona, pero sin embargo, acto seguido le asaltó una duda:

¿Ahora qué hago con todos los agujeros que dejaron los clavos en la cerca?

El padre le respondió:

No los toques, están ahí para recordarte por siempre que, en tu camino de aprendizaje, dejaste una huella de dolor en algunas personas y que gracias a su entrega, comprensión y colaboración, hoy has llegado a convertirte en la persona que querías ser”.

Como podrás darte cuenta a través de esta historia, si quieres mejorar y crecer, primero debes ser consciente de lo que sucede en tu interior y después mejorar en tu relación con los demás. En el mundo de hoy es muy diferente, todos queremos que los demás cambien, pero no estamos dispuestos a cambiar nosotros, aunque no por eso nos daremos por vencidos, ¿cierto?.

El crecimiento personal te invita a recorrer el camino de la transformación interior, pasando por la dependencia; siendo la etapa en la que se encuentra la mayoría de las personas. Aquí es cuando eres controlado por tus impulsos y casi todas tus respuestas dependen de circunstancias externas a ti, cedes el control de tu vida a los demás y algunas personas se convierten en verdaderas “víctimas”,  entrando en una dinámica continua donde se quejan de todo, se justifican cuando cometen algún error y culpan a los demás de su desdicha.

Siguiendo el camino y si haces las cosas bien, puedes llegar al estado de independencia; donde eres consciente de la responsabilidad que tienes por tus acciones y, por lo tanto, no reaccionas ante los diferentes estímulos externos de forma inmediata, ya que entiendes que tienes la responsabilidad y la voluntad interior de elegir tu respuesta. Eres capaz de observar tus procesos internos de pensamiento y, como consecuencia, puedes tomar mejores decisiones.

Si eres fiel a tu proceso de crecimiento, puedes llegar finalmente a la etapa de la interdependencia; que es el momento exacto donde tomas consciencia de que no estás solo en este mundo y empezando trabajar en tus habilidades sociales en busca de resultados que están por sobre todas las metas individuales, algo que yo llamo las metas de “alma”, esas con un alto contenido de contribución social y preocupación por el prójimo.

Espero que te haya gustado esta nueva historia, por mi parte quiero aprovechar la oportunidad de agradecer a todas las marcas que he dejado en “mi cerca”, ya que están ahí para recordarme la manera en que he aprendido lo que sé hasta ahora  y son el reflejo del camino de aprendizaje que sigo recorriendo hasta el día de hoy. De verdad, que muchas gracias.