Envejecer de manera saludable, e idealmente viéndose muy bien, es el sueño de muchas mujeres y quizás el secreto para lograrlo, al menos el primer punto, está en algo muy simple: la comida.

Y es que un estudio realizado por la Universidad de Truffs descubrió que aquellas mujeres que consumen más proteínas de origen vegetal pueden gozar de mejores indicadores de salud que aquellas que no lo hacen.

El análisis fue publicado a principios de este año en The American Journal of Clinical Nutrition y considera el estudio de 48 mil mujeres profesionales de la salud entre 1986 y 2016. Durante ese período se siguió a mujeres que gozaban de buena salud y tenían entre 30 y 50 años cuando empezó el sondeo.

A partir de las encuestas realizadas en esa época, los investigadores de Truffs extrapolaron los datos sobre lo que comían esas mujeres, la cantidad de proteína que consumían en total y comparando aquello con sus resultados de salud generales.

Así fue como lograron determinar que había menor tasa de enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes u deterior de la salud cognitiva y mental en aquellos casos en que ellas incluían más proteínas de fuentes como verduras, porotos, lentejas y nueces.

En términos de datos, en el caso de esas mujeres ellas tenían un 46% más de probabilidades que sus homólogas de mantenerse libres de enfermedades crónicas importantes y otros impedimentos físicos y mentales a medida que envejecían.

En tanto que aquellas que consumían más proteínas de origen animal tenían un 6% menos de probabilidades de enfermar, en parte debido a preocupaciones como el colesterol más alto. Sin embargo, seguían siendo más saludables que las mujeres que comían menos proteínas en general.

Medidas en función de las calorías consumidas a diario, los investigadores descubrieron que  las participantes que obtuvieron alrededor del 18% de sus calorías totales de las proteínas tenían más probabilidades de ser mayores sanas que aquellas que solo consiguieron el 15% de sus calorías totales de las proteínas.