Una fórmula para ser feliz desde la filosofía Budista: Tres simples pasos en una búsqueda permanente
- Humberto Almonacid, ex guía de Crecimiento Personal
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Desde años he estado buscando una fórmula que me permita alcanzar la felicidad. Supongo que debe ser mi mente racional y formación en ingeniería que pretende estructurar y dar forma a lo intangible. Es por ello y a pesar de que al final aprendí que la felicidad no se racionaliza, sino que se vive, que pude descubrir que existen tres importantes acciones que se pueden llevar a cabo todos los días, relacionadas con la filosofía budista y que hoy quiero compartir contigo para que puedas ponerlas en práctica.
Estas acciones son un extracto de mi libro “Optimezation: La clave del tiempo para alcanzar el éxito en la vida” y como podrás darte cuenta a medida que vayas leyendo, son sencillas, pero complejas a la vez; sencillas porque se trata de tres acciones que puedes llevar a cabo por separado o en conjunto, lo complejo es tener el hábito de seguir cada una de ellas sin volver a repetir tus viejas programaciones negativas.
La primera de ellas es disfrutar, que se relaciona con estar presente, vivir la emoción de cada instante, asumir la responsabilidad del momento, estar despierto y disponible para lo que sucede en tu entorno, es darse cuenta de lo maravilloso que es estar vivo y tener la posibilidad de sentir tus emociones cualquiera que estas sean. Es darse cuenta de que todo tu entorno está en constante cambio y si te distraes, puedes perderte el fantástico espectáculo que se manifiesta a tu alrededor en cada momento. Con ello, puedes descubrir muchas cosas de ti que no conocías, conectarte con tu ser interior al sentir el sol en la cara, sentir la brisa con gotitas de agua en la playa, disfrutar del frío en invierno y del calor en verano, en fin, disfrutar cada instante como si fuera el último.
Te puedo decir que coleccionar “¡¡¡Momentos WOW!!!” se ha vuelto uno de mis pasatiempos favoritos de la vida. Cuando disfrutas de verdad, vuelves a sentirte como un niño, asombrándote de ver cómo el mundo se manifiesta humildemente con toda su grandeza frente a tus ojos.
La segunda acción es permitir, que puedo asegurar es lo más difícil que me ha tocado hacer en mi vida, ya que permitir se relaciona con el apego y el apego es sufrimiento, permitir es desapego puro, permitir es dejar que la vida fluya, permitir que todo mantenga su perfecta armonía, permitir es ser y dejar ser, se relaciona con esperar lo mejor del universo, permitir es saber cuando intervenir y cuando no, permitir es la ausencia de sufrimiento por las decisiones de los demás. Así como cada persona elige vivir su vida, debes comprender que todo pasa por algo.
Si algo malo pasa, te puede importar, pero debes procurar que no te afecte emocionalmente, y si lo hace, tratar de aprender de esa emoción. Cuando te enfrentas a una situación difícil, te preocupas, te pones irritable, te enfermas, al final todo se soluciona, pero nada te devolverá el tiempo que perdiste con esas emociones negativas, es por ello, que la próxima vez debes permitir y enfocarte en la solución del problema y en aprender lo que esa emoción particular quiere enseñarte sobre ti mismo.
Permite al problema presentarse frente a ti como una lección, busca la enseñanza a través de la emoción y tendrás una vida más feliz. Buda dijo: “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”.
Finalmente, la tercera acción es agradecer y creo que fue la mejor lección que podría haber aprendido, lo practico a diario todas las mañanas, mentalmente doy gracias por todo lo que conforma mi vida. Agradecer cierra el ciclo de esta fórmula, agradecer es compasión por los demás y por ti mismo, es recibir con humildad cualquier situación que se presente, es darse cuenta que tu estado actual se generó por estado pasado y que tu estado futuro dependerá de tu estado actual, es por ello que debes dar gracias cada día por tener la oportunidad de superarte y aprender más de ti.
Es una invitación para agradecer todo lo que te rodea, ya sean personas, posesiones, relaciones, situaciones y por sobre todo, agradecer la posibilidad de ser tu mismo y elegir tu destino.
Resumiendo las tres acciones, podemos decir que vivir en estado presente, practicar el desapego y ver la vida con compasión son elementos esenciales para alcanzar el estado de felicidad plena que te llevará a construir una existencia llena de amor, armonía y prosperidad.
Espero de corazón que estos consejos te acompañen desde ahora en tu proceso de crecimiento personal. Nos vemos en la próxima.
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