El modelo económico actual venía cambiando la forma en que se estructuraba la relación tradicional entre el trabajador y su empleador.

También fue modificado por las nuevas generaciones, pues ya no buscan quedarse en un mismo trabajo hasta jubilar.

Ahora, con la pandemia mundial y el teletrabajo, ha tomado relevancia cómo las compañías gestionan y propician el contrato psicológico de sus empleados ya que, según se ha comprobado, esto influye directamente en el desempeño y por tanto de los resultados empresariales.

¿Qué es exactamente el contrato psicológico?

Sara Pallarés y Clara Selva, de la Universidad Autónoma de Barcelona, quienes investigaron esto en una empresa de alimentos en España, lo describen como una forma de retener el talento dentro de las compañías.

Se explica en las creencias y expectativas que tenga el trabajador, a base de promesas implícitas o explicitas que se le hayan hecho en la organización.

La diferencia con la mayoría de los conceptos asociados a objetivos y resultados empresariales, es que el contrato psicológico se sustenta en que habrá un compromiso de bienestar personal y profesional bilateral entre el sujeto y su organización.

Por ejemplo, entras a una nueva empresa y te hablan de las oportunidades de crecimiento ya sea en cuanto a ascensos o a la posibilidad de seguir perfeccionándote. Por otra parte, de la flexibilidad horaria y la visión orientada a metas que los caracteriza como compañía.

Esos aspectos irán generándote expectativas en cuanto a lo que la empresa puede entregarte, y cómo puedes en torno a eso gestionar tu vida privada. Esto te dará motivación, porque son cosas que valorarás de la compañía y esto es, de acuerdo con los teóricos del concepto de contrato psicológico, lo que hará que trabajes mejor.

Asimismo, es un constructo dinámico, va cambiando en el tiempo de acuerdo con las nuevas experiencias positivas o negativas que el colaborador va teniendo en la compañía y viceversa.

Cuando la persona siente que el contrato no se ha cumplido, daña la confianza y la buena fe que es inherente a la relación.

Por ejemplo, hoy en día padres con niños pequeños que deben realizar el teletrabajo mientras cuidan de sus hijos, se han sentido comprometidos y motivados en su organización porque dentro de esta siempre se les dijo la importancia de cada trabajador y su familia.

Al estar en esta nueva forma de trabajo, en que deben cumplir un doble rol, hoy se ven agobiados y estresados porque la empresa no tiene flexibilidad ante esta situación, probablemente se sentirán engañados y pueden disminuir la calidad de su trabajo debido a ello.

Contrariamente, si el contrato entre la empresa y el trabajador es percibido como equitativo, y cumple medianamente las expectativas del colaborador, la compañía se beneficiará de obtener una mayor retención del talento, junto con la fidelidad de estos.

Y tú, ¿qué tan a gusto te sientes con tu contrato psicológico actual?