El Poder de los Hábitos, cómo defendernos del caos

Mi invitación es a dejar atrás lo viejo, entregarnos a la idea de que en nuestro interior queremos mejorar y remover algunas estructuras, y dar paso a lo nuevo.

Guía de: Espiritualidad

Decidí titular este artículo en honor al libro del mismo nombre, “El poder de los hábitos” de Charles Duhigg, que habla básicamente de la capacidad de prestar atención para defendernos del caos de la vida diaria y que me ha servido de inspiración para decantar algunos aspectos personales relacionados con este tema.

Mientras escribo estas líneas reflexiono acerca de la capacidad que tiene cada uno de nosotros de ir adoptando nuevas conductas y luego integrarlas a nuestra vida diaria sin necesidad de un gran esfuerzo. En este sentido, adquirir nuevos hábitos constituye un gran desafío y una gran oportunidad en sí misma: Tenemos el poder de ir escogiendo todas aquellas actividades que pueden generar cambios sustanciales y beneficiosos para nuestros días, desde un simple cambio de actitud, el enfoque en una alimentación más equilibrada, un estado físico más saludable, un modo más lúdico modo de organizar nuestro trabajo y nuestro tiempo, entre tantos otros ejemplos.

Poder hábitos

Foto: Urbano

Si a esto le sumamos que más del 40% de nuestras acciones diarias son hábitos y que para conformar un hábito se requiere un tiempo de constancia mínimo de 21 días, nos encontramos frente a la realidad potencial de  reencantarnos con nosotros mismos y reencontrarnos con nuestras verdaderas pasiones. El asunto radica, muchas veces, en el punto de partida: El darnos cuenta que los días no fluyen como quisiéramos, el no sentirnos empoderados de nuestros recursos y el ir viviendo el día en vez de dar nuestros pasos desde un lugar de grandeza nos puede llevar a cambiar efectivamente para bien o, por otro lado,  a hundirnos en una sensación de victimización y pequeñez personal.

Podemos lograrlo todo

La fuerza de voluntad se hace especialmente importante cuando no sabemos con claridad qué es lo que queremos ni cómo modificar nuestra energía de modo de lograr nuestras metas. La buena noticia es ésta: Podemos lograrlo todo, y no se trata de tener falta de poder, sino que muchas veces de nuestra propia falta de claridad que nos impide ver más allá de nuestros distractores y preocupaciones constantes.

Frente a todo lo anterior, mi invitación es a dejar atrás lo viejo, entregarnos a la idea de que en nuestro interior queremos mejorar y remover algunas estructuras, y dar paso a lo nuevo. Podemos comenzar por, simplemente, escribir en una hoja de papel todos aquellos aspectos que quisiéramos ver en nosotros como parte de nuestra rutina diaria: Ser más generosos, ser más saludables, descansar más, dar las gracias día a día, ser más prolijos en nuestro lugar de trabajo, fomentar el orden y así tantas otras opciones que pueden parecer un tanto simplistas e insignificantes, pero en realidad resultan ser al revés: Son, justamente, aquellas cosas más simples, las que conforman nuestras bases y despliegan nuestros mapas mentales más importantes.

Una vez nos conectamos con ese espacio de motivación, la energía fluye y permite los cambios más rápido de lo que pensamos. La clave, dentro de todo, es la determinación, la constancia, el mirar siempre hacia adelante y siempre tener en cuenta que el desarrollo de nuevos hábitos no solo es beneficioso para nosotros, sino también para nuestro entorno, adquiriendo con ello una dimensión más completa y generosa.

Para profundizar más en el tema, los invito a leer el libro que da título a este artículo, y para quienes usan la tecnología (usuarios de IPhone/Ipad), sugiero instalar la aplicación Lift (http://lift.do) que justamente se inspira en esta filosofía y permite el desarrollo de nuevos hábitos escogidos por los propios usuarios.

Posibilidades, hay muchas: La opción de cambiar, siempre está en nosotros.

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