• Virginia Farfán Ulloa, Profesora de Filosofía y Terapeuta transpersonal, aporte para Espiritualidad
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Desde hace tiempo los científicos expertos en neurología encontraron relación directa entre la química hormonal de nuestro cuerpo, las sensaciones físicas y las respuestas emocionales que se producen cuando ellas se interpretan en el cerebro.

Ahora también sabemos que algunas actividades personales nos ayudan a generar las respuestas hormonales que necesitamos.

Considerando que la salud mental es un tema sensible a nivel mundial, la psicología positiva ha procurado conocer la bioquímica de la felicidad y describe cuáles son las hormonas de la felicidad, aquellas que tienen la capacidad de mejorar el estado del ánimo y que ayudan a promover el estado de bienestar, de esta forma, ahora conocemos que efectos producen cada una de ellas.

Comencemos a conocerlas, para ello usaremos el acrónimo DOSE:

La dopamina, es una hormona relacionada con la motivación, activando el placer anticipatorio de la recompensa, por tanto, mueve a la acción, es decisiva en el comportamiento, pues su exceso puede influir en lo social, también induce la toma de decisiones y nos ayuda en el aprendizaje, la creatividad y la memoria. La frase: “Somos lo que comemos” podría aplicarse a esta hormona pues el 50% de toda la dopamina del cuerpo se produce en el intestino.

La oxitocina, se genera en el hipotálamo,es quizás la hormona más conocida porque la relacionamos con afecto, amor maternal, placer y sexualidad. Ella nos permite sentir cariño por las personas cercanas de nuestro entorno, pero también está presente en nuestro comportamiento social cuando aplicamos empatía, generosidad y altruismo.

La serotonina se produce en el cerebro, pero además en el sistema digestivo a partir del triptófano, un aminoácido esencial que podemos encontrar en los alimentos que ingerimos, esta hormona nos ayuda en los ciclos de sueño y vigilia, mejora el apetito, disminuye la ansiedad y la depresión y mantiene nuestra libido activa.

La endorfina, es un analgésico producido en el interior del cuerpo, -sistema nervioso central y glándula pituitaria- ayuda a aliviar el dolor, nos produce bienestar y disminuye el sufrimiento relacionado con lo externo, se genera asociado a aquello que pensamos y percibimos, que nuestro cerebro interpreta como recompensa y desemboca en un estado emocional satisfactorio.

¿Cómo ayudarnos a obtener mayor bienestar? Un resumen de lo que puedes disponer y que no requiere más que tu propia decisión considerando que según Menahem Belity : “Ser feliz es una decisión”.