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Leguminosas y cereales, el matrimonio perfecto

“Mas chileno que los porotos”, es uno de los dichos que mas se relaciona con nuestra nacionalidad. Lentejas, garbanzos y otras legumbres se suman a una serie de posibilidades que pueden traer sabores muy especiales a nuestra mesa.

Guía de: Cocina

Las causas de evitar comer legumbres pasa porque muchos no saben cocinarlas, o a mi parecer, no aplican la correcta técnica, a continuación daré unos secretitos caseros de cómo poder prepararlas de la mejor manera.

Legumbres

Foto: El Mercurio

Nuestros típicos porotos con rienda son una combinación perfecta: legumbres acompañadas de fideos.

En el caso de los porotos, frijoles o caraotas, como se conocen en otros países, es bueno hidratarlos (remojarlos) en dos partes de agua fría desde la noche anterior. Lo mismo debe hacer con las leguminosas secas como arvejas, garbanzos, chicharos, lentejas, etc.

Mencionamos a las arvejas secas que se caracterizan por su verde color intenso, las que habitualmente vienen partidas. En el caso de los garbanzos y chícharos son de un color amarillo pálido y otro más intenso, respectivamente.

Respecto de las lentejas, se clasifican  de diferentes tamaños, siendo clasificadas en milímetros, al igual que los garbanzos. Estos últimos se venden en dos formas -ya sean con piel o sin ella (hollejos)-. En casa de mis padres se comían con piel, ya que por influencia española se recomienda por el alto contenido en fibra.

A la hora de cocinar cualquier leguminosa, debe ser eliminada su agua de remojo y cocerlas a partir de agua hirviendo por unos 20 minutos en olla a presión, evite condimentar con sal, ya que en su mayoría se ponen duras.

Una vez cocidas recomiendo tomar una parte de ellas y luego molerlas, de esta forma,  la preparación obtendrá una consistencia más pastosa y agradable como preparación final.

Lentejas

Foto: Claudio Vera, El Mercurio

Uno de los secretos para cocinar las legumbres es separar una parte y molerla, para darle más consistencia al plato.

Vienen bien las leguminosas agregándoles cereales como el arroz, el mote, la quínoa y pastas como tallarines o fideos. De ahí podemos obtener las clásicas recetas como los porotos con rienda o mote y las lentejas con arroz, al igual que los garbanzos.

Evite agregar productos cárneos como cuero de cerdo (como se hacía a la antigua) o longanizas, churrascos o trozos de costillar de cerdo. No lo digo porque no aporte sabor ¡todo lo contrario! Aportará mucho sabor, pero nutricionalmente no será la mejor combinación.

En resumen, nunca mezcle la triada de leguminosas, cereales y carne. Sólo combine leguminosas y cereales y los aminoácidos esenciales ingresarán a su organismo de la mejor forma.

Ahora, si combina todo lo anterior con vegetales de hojas como lechugas, acelgas, espinacas, achicorias, etc.., la dieta será más equilibrada. Siga estos simples consejos y notará la diferencia cuando el plato esté servido.

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