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Comer harinas y dulces de noche: adicción que engorda

Uno de los errores más comunes a la hora de adelgazar, se relaciona con el tratamiento de la gordura y no con los impulsos adictivos al momento de ingerir alimentos en las horas que más engordan.

La mayoría de las personas que sufren obesidad no comen voluntariamente, por el contrario, están obligadas por fuerzas adictivas que se deben a las oscilaciones que presenta la serotonina cerebral a lo largo del día; hormona que regula el apetito, controla la temperatura corporal, la actividad motora y las funciones perceptivas y cognitivas.

Según la Dra. Daniela Jakubowicz, endocrinóloga venezolana que ha estudiado durante más de 15 años el síndrome metabólico, la secreción de la serotonina está controlada por dos regiones del cerebro: el hipotálamo y la glándula pineal, que funcionan al compás del día y la noche. En relación con los rayos de luz y oscuridad.

Esta hormona se mantiene elevada durante gran parte de la noche. Cuando amanece desciende paulatinamente y después de las 16:00 horas los niveles bajan bruscamente. Esta disminución, al atardecer, genera tristeza, sensación de soledad, ansiedad y nerviosismo.

comer dulces noche

Foto: Internet

En su libro “Ni una dieta más”, la Dra. Jakubowicz sostiene que dichos sentimientos se revierten de inmediato cuando se come chocolates, golosinas o carbohidratos. “De hecho, se cree que los obesos utilizan estas propiedades antidepresivas y sedantes de los dulces y harinas para aliviar sus angustias y ansiedades. A diferencia de las personas delgadas, que las ingieren cuando sienten hambre y no por adicción a las harinas. Por el contrario, cuando sienten estrés es cuando menos comen”, asegura.

Esta adicción se incrementa cuando las personas con obesidad comienzan una dieta de bajas calorías y carbohidratos. Pues cuando se deja el régimen, se recupera el peso y terminan más adictos y con mayor sobrepeso que antes de iniciar la dieta.

La experta asevera que las oscilaciones anormales de la serotonina cerebral son la base de la adicción y la causa primordial que lleva a un individuo a la obesidad.

“Se ha comprobado que la tristeza, angustia y el desenfrenado deseo de comer harinas o dulces sucede al atardecer y se controla al ingerir carbohidratos o dulces en la mañana. Si se evita su descenso vespertino, se aminoran los impulsos hacia las comidas”, explica.

Esta adicción conlleva a muchas personas a ser obesas, causando un gran riesgo a la salud. Por tanto, una dieta que pueda controlar la adicción hacia las harinas cerciora que no se subirá de peso.

Algunos consejos para vencer la adicción:

1.- Realizar actividad física: El ejercicio no sólo mejora la condición física, sino que también el estado de ánimo. Practicar 30 minutos de actividad moderada, al menos cuatro veces a la semana, contribuyen a controlar la ansiedad, la depresión y el estrés.

2.- Consumir más frutas y verduras: La ingesta de este tipo de alimentos mantiene estable el azúcar en la sangre. La naranja y el pomelo son recomendables por su alto contenido en fibras y vitaminas. Si se trata de vegetales, se aconseja comer alcachofa, brócoli, espárrago, palmito y coliflor.

3.-Mantenerse hidratado: Consumir mínimo 2.5 litros, al día, de líquidos libres de calorías o azúcares.

4.- Aprender a escuchar al cuerpo: Algunos de los antojos de la tarde pueden significar la sensación de hambre. Si este es el caso, se debe recurrir a meriendas  nutritivas y saludables como lácteos bajos en grasas, frutos secos y alimentos ricos en fibra.

5.- Comer hasta estar satisfecho y no lleno: La mayoría de las veces se tiende a abusar de las comidas sin darse cuenta. Cuando el estómago está satisfecho se recomienda comer despacio y masticar bien para que se pueda disfrutar el alimento y comunicar al cerebro la saciedad.

6.- Establecer horarios de alimentación: Lo recomendable es distribuir las calorías del día para que el metabolismo incremente su trabajo. Lo ideal es consumir desayuno, almuerzo y cena liviana, juntos a dos meriendas entre comidas.

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